Según el Diccionario de la Real Academia Española, la moda es “una costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos. Entiéndese principalmente de los recién introducidos”. Otra definición más clásica y corriente dice que “es una costumbre iniciada por una minoría prestigiada e importante, que llega a la sociedad y es aceptada por ella”.
Existe, sin embargo, otra definición de corte mucho más periodístico según la cual “la moda es un fenómeno social colectivo que retrata a un pueblo. Surge de la vida misma como medio de expresión y comunicación”. Para la periodista Margarita Rivière, la moda es como “la narrativa difusa que ha movilizado masivamente la gente de esta época a ver, comprar y convertir esa narración en parte de uno mismo” .
Los sociólogos más serios aseguran que todos tenemos varias identidades, de lo cual hay que congratularse puesto que es síntoma inequívoco de que llevamos la pluralidad dentro de nosotros mismos. La moda en la indumentaria ha puesto todo esto a nuestro alcance y lo ha convertido casi en obligación. La moda es ese mecanismo sutil que hace aflorar a la vez lo conocido y lo desconocido de cada individuo.
Pero el concepto de moda que más se adecua a nuestro objetivo es el siguiente: Moda son los gustos pasajeros que condicionan costumbres y tendencias en cualquier aspecto de la vida, aquello que tiene la atención general centrada en sí, que ha creado un momento a su alrededor.
El fenómeno moda lleva implícito unas condiciones básicas: su sentido de la fugacidad, su interés radical por el cambio espectacular, por las variaciones que desembocan en su amor incondicional por todo lo que signifique novedad. Todo lo que es moda, pasa de moda, y esa facilidad para no permanecer es lo que define el auténtico proceso de la moda.
Lo mejor es siempre el presente, por eso la moda (sobretodo la que a indumentaria se refiere), entendida como un proceso de creatividad, tiene como principal cualidad “estar en el momento”. A la moda le ocurre lo mismo que a los periódicos; como decía una antigua canción de los Rolling Stones: ¿Quién lee los periódicos del día anterior?. También podríamos cantar: ¿quién busca una moda de temporadas anteriores?
Pero la exaltación incondicional del presente supone en cierta manera una descalificación del pasado, de aquello que fue y ya no es novedad. Por eso la aparición de la moda como tal (otra vez nos referimos casi exclusivamente a la moda de vestimenta), surge cuando la sociedad deja de concentrarse en la tradición y el pasado colectivo, y otorga una aureola de prestigio a las nuevas formas y costumbres.
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